Bicentenario y Holocausto

El término holocausto tiene connotaciones religiosas, puesto que aparece en el texto bíblico, haciendo referencia al sacrificio que se le hacia a Dios Todopoderoso, a través del cual se quemaban animales y, el humo, producto de esta quema, implicaban la parte final y más importante, ya que ascendía a los cielos. Es decir, holocausto significa matanza de seres humanos, por considerarse de segunda categoría debido a razones políticas, religiosas y de raza o etnia.

Hemos iniciado el presente artículo con la reflexión sobre la palabra holocausto, puesto que, con la celebración del bicentenario de la independencia de Panamá de la Corona Española, el 28 de noviembre de 1821, estamos celebrando la finalización de un enclave colonial que duró 321 años.

Esto inició con un holocausto hacia los aborígenes de las tierras panameñas, en aquella época. Los entonces colonizadores no entendieron que se estaba dando un encuentro entre dos culturas y debieron ser respetadas las costumbres e idiosincrasia de ambos pueblos. Sin embargo, a la llegada de los seudoconquistadores españoles, se suscitó el exterminio de un sector de su población, en este caso, de pueblos originarios, como los chocoes, kunas, nobe-buglé (guaymíes), entre otros. Todo motivado por razones políticas, religiosas, sociales y económicas.

En la actualidad, el holocausto conlleva una forma de genocidio, figura delictiva tipificada en el artículo 440, Capítulo I (Delitos contra el Derecho Internacional de los Derechos Humanos), Título XV (Delitos contra la Humanidad), del código penal panameño, a través del cual se establece que este delito presenta como conducta ilícita el acto de destruir total o parcialmente a una población por razones de su nacionalidad, raza, etnia o creencia religiosa o política. En aquella época, podemos aseverar sin equivocarnos, el haber sido víctima de una invasión por parte de un gobierno extranjero, el cual instaura un enclave colonial. La corona española, en aquella época, cometió en perjuicio de los pueblos originarios panameños, delitos contra la humanidad, puesto que robaron nuestro oro, se llevaron a cabo un gran número de delitos contra la libertad e integridad sexual, tales como: violación carnal, entre otros. Además, incurrieron en delitos contra la salud pública, puesto que, traían enfermedades propias del continente europeo y enfermaron gravemente a nuestra población.

Por otra parte, es importante destacar el hecho de los desplazamientos forzados de los cuales fueron víctimas los pueblos indígenas panameños en aquel tiempo.

El bicentenario de Panamá, ha celebrarse este próximo 28 de noviembre de 2021, constituye una conmemoración histórica porque refleja una vez más, la lucha del pueblo panameño por ser reconocido como nación, como una población con territorio, costumbre e idiosincrasia que le identifican del resto del mundo.

Por último, si los delitos contra la humanidad son imprescriptibles, podrá Panamá hacer valer sus derechos solicitando la reivindicación de los mismos ante una Corte Penal Internacional. Lastimosamente la respuesta queda dentro de un gran signo de interrogación, ya que esto implicaría analizar aspectos políticos y económicos entre ambos países. Juzgue usted mismo estimado lector.